Parto humanizado: tu cuerpo, tu bebé, tu decisión
Cada vez más mujeres buscan un parto diferente, uno donde sus decisiones sean respetadas y donde el nacimiento de su bebé sea una experiencia consciente y empoderadora. A esto se le llama parto humanizado, también conocido como parto respetado. Y no es una moda, es un derecho.
Si estás embarazada o conoces a alguien que lo esté, es importante saber que puedes elegir cómo vivir ese momento único, más allá de los protocolos clínicos tradicionales. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para tomar decisiones informadas.
¿Qué es el parto humanizado?
El parto humanizado es una forma de atender el nacimiento poniendo en el centro las necesidades, emociones y decisiones de la madre. No se trata solo de traer al mundo a un bebé, sino de vivir un proceso respetuoso, donde la mamá tenga voz, elija cómo quiere parir y reciba apoyo continuo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define una experiencia de parto positiva como aquella que supera las expectativas de la mujer, en un ambiente seguro, acompañada, y donde su cuerpo y sus tiempos sean respetados.
El contexto: por qué es importante hablar de parto respetado
Cada año ocurren cerca de 140 millones de nacimientos en el mundo. La mayoría sin complicaciones graves. Sin embargo, cuando el parto se convierte en una rutina médica, pueden surgir prácticas innecesarias que afectan física y emocionalmente a la mamá y al bebé.
La OMS ha establecido 56 recomendaciones para asegurar un parto seguro y respetuoso, dividas en seis etapas clave:
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Trabajo de parto y nacimiento
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Dilatación
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Expulsivo
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Alumbramiento
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Atención al recién nacido
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Atención postparto
Lo esencial del parto respetado según la OMS
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Trato digno, privado y confidencial.
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Apoyo continuo de la persona que la mamá elija.
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Libertad para moverse, comer y beber durante el trabajo de parto.
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No realizar intervenciones médicas innecesarias como la cesárea o episiotomía rutinaria.
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Contacto piel con piel inmediato con el bebé.
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Libertad para elegir la posición al parir.
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Permanencia conjunta de la mamá y su bebé las 24 horas.
¿Cómo se vive un parto respetado? La experiencia real
María Rodríguez, educadora perinatal y doula, nos explica cómo se siente realmente un parto humanizado:
“Tú tienes el control. Puedes caminar, comer, respirar tranquila. El entorno se adapta a ti, no tú a él. No estás enferma, estás trayendo vida”.
En algunos hospitales, las condiciones ya están dadas: luces tenues, privacidad, aromaterapia, regaderas y camas cómodas. En otros, aún debes preguntar y exigir tus derechos.
Elegir cómo parir
En un parto respetado, tú decides la posición: de pie, en cuclillas, en el agua o como tu cuerpo te lo pida. La clave está en tener un equipo médico dispuesto a acompañarte y no imponer.
Y tu bebé, cuando nace, llega directo a tus brazos. Sin interrupciones. Nada de llevárselo a pesar o medir de inmediato. Primero tú, primero el vínculo.
¿Qué prácticas NO deben hacerse?
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Episiotomía de rutina (corte en el perineo).
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Aceleración del parto con medicamentos sin razón médica.
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Separar al bebé de su madre sin justificación.
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Rasurado o enemas obligatorios.
Tu derecho a elegir
El parto humanizado no significa rechazar la medicina. Significa que tú eres la protagonista, no una paciente más. Puedes parir con respeto, con amor y con seguridad.
Infórmate, habla con tu médico, visita el hospital, pregunta. Tu cuerpo sabe parir, y tú sabes lo que es mejor para ti y tu bebé.