La dermatitis atópica es una condición crónica de la piel que alterna brotes de eczema con periodos de calma. Si tu bebé tiene piel atópica, puedes espaciar los brotes siguiendo una rutina diaria de cuidados específicos y creando un entorno saludable para su piel.
¿Qué pasa durante un brote de eczema?
Un brote comienza con placas rojas que generan picor intenso. La piel se vuelve seca, rugosa y pueden aparecer pequeñas ampollas con líquido. Estas se secan y forman una costra que cae con el cuidado adecuado.
Cuidados diarios: la importancia de los emolientes
La clave para prevenir la dermatitis atópica está en el uso diario de cremas emolientes. Estas reparan la barrera cutánea con lípidos esenciales, alivian el picor y el enrojecimiento, y evitan la penetración de alérgenos.
Aplica emolientes desde el nacimiento para reducir los síntomas de la piel atópica. Elige entre bálsamos (más nutritivos) o cremas (más ligeras), y usa productos faciales específicos.
Establece una rutina de hidratación diaria
Aplica la crema por la mañana y noche. Durante brotes, evita las placas activas y usa tratamientos específicos. Sé constante, incluso en periodos sin brotes.
Cómo crear un entorno favorable
Mantén la casa libre de polvo: aspira frecuentemente, lava cortinas y peluches. Evita ambientes secos: ventila, usa humidificadores, coloca plantas y agua cerca de fuentes de calor. Viste a tu bebé con ropa de algodón o lino, evita lana o tejidos sintéticos. Usa prendas holgadas y considera el Pijama de Alivio Stelatopia.
Higiene adecuada para piel atópica
Usa productos limpiadores suaves, sin perfume ni tensioactivos agresivos. Geles, aceites y champús mousse específicos son ideales para su piel delicada.
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