¿Has escuchado que los recién nacidos deben tomar baños de sol?
Aunque esta creencia ha pasado de generación en generación, lo cierto es que no todos los bebés deben exponerse al sol en sus primeras semanas de vida.
Los baños de sol consisten en exponer a tu bebé a la luz solar por periodos cortos para obtener beneficios como la producción de vitamina D, la absorción de calcio y la regulación del sueño. Sin embargo, la piel del recién nacido es inmadura y extremadamente sensible, por lo que esta práctica no siempre es segura si no se realiza bajo supervisión médica.
¿Cuándo se recomiendan?
Los especialistas solo recomiendan baños de sol en casos específicos, como la ictericia fisiológica, una condición común en recién nacidos donde la piel y los ojos se ven amarillentos debido al exceso de bilirrubina.
Esto ocurre porque su hígado aún no puede eliminarla adecuadamente.
Si notas este color amarillento, consulta con tu pediatra. No todos los casos de ictericia requieren baños de sol, y automedicarse con esta práctica puede poner en riesgo la salud del bebé.
¿Cómo hacerlo de forma segura?
Si el pediatra te indica dar baños de sol a tu bebé, ten en cuenta estas recomendaciones:
✔️ Lo que sí debes hacer:
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Exponerlo antes de las 10:00 a.m. o después de las 4:00 p.m.
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Limitar el tiempo a un máximo de 15 minutos.
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Mantenerlo solo con pañal.
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Cambiar su posición (boca arriba y luego boca abajo) a mitad del tiempo.
Lo que debes evitar:
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Exponerlo al sol en horarios de alta radiación.
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Usar cremas o aceites antes del baño de sol.
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Permitir que el sol le dé directamente en la cara, especialmente en los ojos.
Su piel merece el mejor cuidado
La exposición a los rayos UV puede provocar irritación, quemaduras o aumentar el riesgo de enfermedades a largo plazo. Si tu bebé no tiene una condición médica que lo requiera y tu pediatra no lo indica, evita exponerlo innecesariamente al sol.
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