Cuando tu hijo sangra de la nariz, la reacción inmediata suele estar llena de mitos. ¿Cabeza hacia atrás? ¿Tapones de papel? ¿Presionar fuerte? No todo lo que escuchamos es correcto, y saber cómo actuar puede hacer la diferencia.
Hablamos con Stephanie Chapiro, técnico en emergencias médicas con más de 12 años como paramédico, quien comparte los pasos que realmente funcionan. Puedes conocer más sobre su trabajo en su cuenta Primeros Auxilios para Padres.
¿Qué hacer si a tu hijo le sangra la nariz?
Lo primero que debes recordar: la cabeza debe ir hacia adelante. El clásico consejo de echarla hacia atrás es un error que puede empeorar la situación.
¿Por qué no echar la cabeza hacia atrás?
Stephanie explica que en los niños, la cavidad oral es más pequeña y la lengua más grande. Si la sangre fluye hacia la garganta, puede llegar a la tráquea y provocar atragantamiento. Además de ser incómodo, aumenta el nerviosismo y puede generar una verdadera emergencia.
Otro mito que debes olvidar es presionar fuerte la nariz como si fuera un torniquete. No ayuda, y puede ser doloroso o incluso riesgoso.
Los 5 pasos correctos para detener una hemorragia nasal:
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Tranquilízalo (y tranquilízate tú también)
La sangre asusta, pero tu calma le dará seguridad. Habla suave y muestra control. -
Deja que la sangre fluya
No introduzcas nada en su nariz. Permite que la hemorragia salga naturalmente mientras sigues estos pasos. -
Cabeza hacia adelante
Pídele que agache la cabeza. Stephanie sugiere decirle: "Vamos a buscar diamantina en el piso", para que sea más fácil para los niños. -
Aplica hielo
Coloca una bolsa con hielo sobre la nariz, nunca directamente en la piel. El frío ayuda a contraer los vasos sanguíneos y detener el sangrado. -
Respirar por la boca
Guíalo a que respire tranquilo por la boca. Si la nariz está bloqueada por la sangre, esto le dará comodidad.
¿Y si el sangrado fue por un golpe?
Si la hemorragia fue causada por calor, suele ser leve. Pero si hubo un golpe fuerte (como un balonazo), y la sangre sale en abundancia, es aún más importante mantener la cabeza hacia adelante y seguir los mismos pasos.
En estos casos, después de controlar el sangrado, lleva a tu hijo con un médico para una evaluación profesional.
Saber qué hacer en momentos como este puede evitar complicaciones y darle seguridad a tu hijo. Con calma, atención y los pasos correctos, puedes manejar una hemorragia nasal sin miedo.