Una de las preguntas más comunes durante el embarazo es: ¿cuándo sabré si es niño o niña? La ilusión por conocer el sexo del bebé suele ser enorme, ya sea para elegir nombre, comprar ropita o simplemente imaginar cómo será. Si bien algunas parejas prefieren esperar a la sorpresa del parto, la mayoría quiere saberlo cuanto antes.
Te explicamos cómo y cuándo podrás descubrirlo, y qué métodos son más fiables.
¿Quién determina el sexo del bebé?
El sexo del bebé se decide desde el momento de la concepción. El óvulo siempre aporta un cromosoma X, mientras que el espermatozoide puede aportar un cromosoma X o Y:
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XX = niña
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XY = niño
Así, es el espermatozoide el que determina si tendrás una hija o un hijo. Sin embargo, aunque ya esté definido, los órganos sexuales no comienzan a desarrollarse hasta la semana 8.
¿Cuándo se puede ver el sexo del bebé?
El desarrollo de los órganos sexuales comienza en el tercer mes, pero no son visibles al ultrasonido de inmediato. Según el IMSS, es a partir de la semana 18 cuando se pueden diferenciar claramente mediante una ecografía.
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Si se observan bolsas escrotales, es un niño.
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Si no se distinguen órganos masculinos, probablemente es una niña.
En algunos casos, se pueden ver los labios mayores. Si el bebé está en una posición incómoda, el médico puede recomendar esperar a la semana 20 o 22 para confirmar.
¿Qué pasa si el bebé no se deja ver?
Es común que el bebé esté de espaldas, con las piernas cruzadas o el cordón umbilical en medio, lo que dificulta ver su sexo. No te preocupes, en esos casos se puede intentar de nuevo unas semanas después.
Otros métodos para saber el sexo del bebé
Existen otros estudios, pero no son recomendados sólo para conocer el sexo:
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Amniocentesis: prueba invasiva entre las semanas 16-22 para descartar enfermedades genéticas. También revela el sexo, pero no es su objetivo principal.
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Análisis de sangre materna: desde la semana 8, se usa para detectar enfermedades genéticas, pero puede identificar el sexo fetal.
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Pruebas caseras de orina: poco fiables.
La ecografía sigue siendo el método más seguro y recomendable.