Después de meses de espera, el nacimiento del bebé es un momento cargado de nervios y amor. Pero cuando ocurre el contacto piel con piel, el mundo se detiene. Mamá y bebé se encuentran por primera vez, y comienza una conexión profunda que va más allá de una foto en el quirófano. Este instante forma parte de la hora dorada, una etapa clave para la salud y bienestar del recién nacido.
¿Qué es el contacto piel con piel?
Es el primer vínculo físico y emocional entre madre e hijo, donde el bebé desnudo se coloca sobre el pecho de la madre, sin intermediarios. Este contacto ayuda a regular su temperatura, calma el estrés y facilita la lactancia. Según la OMS, este momento puede reducir la mortalidad infantil en prematuros hasta en un 40%, la hipotermia en un 70% y las infecciones graves en un 65% (ver publicación).
¿Cómo se realiza correctamente?
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Debe hacerse inmediatamente después del parto.
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El bebé está desnudo, cubierto solo por la espalda con una toalla caliente.
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No se debe limpiar ni secar al bebé.
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No debe haber tela entre la madre y el recién nacido.
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Puede colocarse un gorrito al bebé.
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Procedimientos médicos pueden esperar o hacerse sobre la madre.
Tipos de contacto piel con piel:
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CPP al nacimiento: dentro del primer minuto tras el parto.
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CPP precoz: en los primeros 30 minutos de nacido.
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CPP temprano: después de la primera hora, pero antes de las 24 horas (ver estudio).
9 etapas del bebé durante el CPP
Según la neonatóloga Raylene Phillips, los bebés pasan por 9 etapas naturales al estar piel con piel con su madre (ver publicación):
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Llanto al nacer.
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Relajación.
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Despertar.
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Actividad.
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Descanso.
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Gateo instintivo.
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Familiarización con el seno.
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Succión.
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Sueño.
Estas etapas facilitan una lactancia exitosa y fortalecen el apego.
¿Y si es cesárea?
Si la madre no puede tener contacto inmediato, el papá puede hacerlo. Este momento también fortalece el vínculo y ayuda al bebé a mantener su temperatura estable hasta que la madre esté lista.
CPP en tiempos de COVID-19
La OMS recomienda mantener el contacto piel con piel incluso si la madre tiene COVID-19, siempre que se tomen las medidas adecuadas. Separar al bebé no es necesario y puede afectar su desarrollo.