¿Has escuchado sobre el síndrome de aspiración de meconio (SAM)? Aunque poco común, ocurre en aproximadamente el 4% de los partos. Es importante conocerlo, ya que puede afectar la salud del recién nacido si inhala meconio presente en el líquido amniótico.
¿Qué es el meconio?
El meconio es la primera popó del bebé, espesa, viscosa y de color verde oscuro. Está compuesto por secreciones intestinales, células epiteliales, proteínas y grasas acumuladas durante la gestación. Aunque es estéril, si el bebé lo inhala puede obstruir sus vías respiratorias, causando inflamación o infección pulmonar.
¿Cuándo puede ocurrir el SAM?
El SAM puede ocurrir antes, durante o después del parto. Aquí te explicamos cada caso.
1. Antes del parto
El bebé expulsa meconio al líquido amniótico y lo inhala en el útero. Suele pasar entre la semana 37 y 41, generalmente por estrés fetal.
Factores de riesgo:
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Problemas con el cordón umbilical o placenta
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Disminución de oxígeno
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Trabajo de parto prolongado
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Preeclampsia, diabetes gestacional, parto postérmino【Fuente: Stanford Children's Health】.
2. Durante el parto
El esfuerzo y estrés pueden hacer que el bebé defeque y aspire meconio en el canal de parto. Si el líquido amniótico tiene tono verdoso, es probable la presencia de meconio. Se requiere atención inmediata para evitar que el bebé tenga dificultad para respirar o una frecuencia cardiaca baja.
3. Después del parto
El bebé puede aspirar residuos de meconio en las vías respiratorias tras nacer. Podría necesitar una sonda traqueal para limpiar sus pulmones.
Síntomas del SAM
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Dificultad o respiración rápida
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Ruidos anormales al respirar
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Coloración azulada de la piel
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Frecuencia cardiaca baja
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Cordón umbilical y piel teñidos de verde oscuro
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Hundimiento de costillas al respirar
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Baja puntuación Apgar【Fuente: Stanford Children's Health】.
Complicaciones del SAM
Dependiendo de la gravedad, el SAM puede causar:
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Dificultad respiratoria de 2 a 5 días
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Neumonía
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Hipertensión pulmonar
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Daño cerebral
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En casos graves, fallecimiento
¿Qué hacer para prevenirlo?
Aunque no es totalmente prevenible, una atención médica oportuna durante el embarazo y parto es fundamental. Monitoreos constantes, control de estrés fetal y atención inmediata ante señales de sufrimiento fetal son clave para proteger la salud del bebé.