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La violencia obstétrica existe, experta nos explica de qué trata

La violencia obstétrica existe, experta nos explica de qué trata

            ¿Habías escuchado alguna vez el término “violencia obstétrica”? Quizá no, pero resulta impactante saber que en México la han padecido millones de mujeres, tanto en instituciones de salud públicas como en privadas. Según un artículo (https://www.gaceta.unam.mx/padecen-mujeres-violencia-obstetrica-en-mexico/)publicado en la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 25% de las mujeres embarazadas, sufren este tipo de violencia.

Es un tema del que no se puede dejar de hablar, no sólo por ser, desafortunadamente algo común, sino para evitar que se siga repitiendo en cualquier círculo social. Para hablar al respecto, entrevistamos a María José Álvarez Espinosa, ella es psicoterapeuta y guía de mujeres en posparto, además, pronto será Educadora de lactancia y Doula posparto.

María José, tiene el perfil y la experiencia de vida, para contarnos acerca de la violencia obstétrica, cómo se ve, cómo afecta, cómo superarla y cómo prevenirla. Te invitamos a que conozcas más de su trabajo en su cuenta de Instagram (https://www.instagram.com/taueret.tribu/)y con todo lo que nos reveló en entrevista. Si estás embarazada, tu pareja está esperando un bebé o ya viviste algo similar, aún hay mucho por hacer. Erradicar la violencia obstétrica es un trabajo de todos.

¿Qué es la violencia obstétrica?

“Es básicamente cualquier práctica verbal, psicológica, sexual que se practique por un profesional de la salud, sobre todo, gineco-obstetras contra la mujer que se encuentra embarazada”, explicó la experta. La violencia obstétrica puede presentarse durante el embarazo, en un aborto, en un parto o en el posparto. Así, que no es algo exclusivo que ocurra al dar a luz. Es algo que puede comenzar a vivirse desde tus primeras consultas con tu ginecólogo o después de haber tenido a tu bebé.

La violencia obstétrica es un tipo de violencia de género que atenta contra el desarrollo normal de un embarazo e ignora las decisiones de la madre al respecto de su cuerpo y de cómo quiere llevar a cabo su maternidad. “No respetar los deseos de la madre, es violencia obstétrica, no escucharla, no entender lo que ella desea”, explicó la psicóloga. El documento (https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/29347/ViolenciaObstetrica.pdf) Género y Salud en cifras, emitido en 2010 por el gobierno federal, lo define como: 

“Un tipo de violencia institucional, producto del patriarcado y expresada en relaciones de poder que legitiman y naturalizan una serie de procedimientos”.

  1. Una apropiación del cuerpo de la mujer y de los procesos fisiológicos presentes durante el embarazo, trabajo de parto, el periodo expulsivo del mismo, el alumbramiento de la placenta y la atención de la o el recién nacido y del puerperio en la mujer.
  2. Un trato deshumanizador, un abuso a la medicalización y una patologización de los procesos naturales, trayendo consigo la pérdida de la autonomía y de la capacidad de decisión de parte de las mujeres durante su embarazo, parto y puerperio, lo cual mengua sus derechos humanos.

Por eso, es importante que aprendamos qué es y que difundamos su existencia, sólo de esta manera podremos identificarla y frenarla.

¿Quién ejerce la violencia obstétrica?

La especialista en el tema nos explicó que la violencia obstétrica la ejercen las personas que tienen poder.

“Los médicos, sobre todo, los gineco-obstetras y las personas que los acompañan como las enfermeras”, explicó. Así, el equipo médico que está presente a lo largo del embarazo, en el parto o después de este, pueden ser quienes violenten a la mamá y a su recién nacido. Porque sí, el recién nacido también es víctima de violencia obstétrica.

Los familiares pueden ser cómplices de este tipo de violencia

Si bien, los médicos y especialistas de la salud son las personas que la ejercen por prácticas anticuadas, por comodidad o por conveniencia propia, también la familia puede formar parte de esto, “sobre todo por ignorancia”, agregó la psicóloga. “He sabido de parejas que le hablan al médico y le dicen ‘es la final del mundial la fecha probable de parto, entonces, necesito que le hagas una inducción a mi esposa para que tenga al bebé antes’, eso es violencia obstétrica”, ejemplificó para entender cómo es que un familiar puede atentar contra los derechos de una mujer embarazada.

“A lo mejor es ignorancia porque se les hace sencillo… Pero finalmente no conocen las consecuencias de inducir un parto antes de tiempo”, agregó.

¿El recién nacido puede ser víctima de violencia obstétrica?

¡Claro! No sólo la mamá es víctima de este tipo de violencia, el recién nacido, también la puede padecer y sufrir serias consecuencias para su salud.De hecho, el documento (https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/29347/ViolenciaObstetrica.pdf) de Género y Salud, reconoce que hay 3 tipos de víctimas: la mamá, los familiares de la mamá incluido el recién o la recién nacida y especialistas de la salud. Pero, específicamente en el caso del recién nacido, el documento, que retoma recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, reconoce que, un acto común de violencia obstétrica es separar a la mamá de su bebé inmediatamente después del parto de manera injustificada.

Esto puede provocar 3 consecuencias relevantes:

1. Que no se establezca adecuadamente el vínculo madre–hija/o.

2. Que la o el bebé no reciba el calostro.

3.  Se dificulte la lactancia temprana.

Como puedes ver, no son consecuencias poco trascendentes.Recordemos que es de suma importancia que la mamá pueda tener a su bebé para la llamada hora dorada”.

¿Cómo vive una mamá la violencia obstétrica?

Ya abordamos cómo es que un bebé vive la violencia obstétrica, ahora queremos visibilizar las formas en las que una mamá puede ser violentada. Debemos poner énfasis en que esta violencia puede presentarse en el embarazo, en el parto y en el puerperio (posparto). El artículo (https://www.gaceta.unam.mx/padecen-mujeres-violencia-obstetrica-en-mexico/) de la Gaceta UNAM explica que la violencia obstétrica incluye “gritos, ofensas, amenazas, omisiones y castigos, así como procedimientos autoritarios para imponer un método anticonceptivo a las mujeres o para realizar una cesárea, a los cuales se ha llamado ‘atención no autorizada’”.

María José Álvarez Espinosa nos explicó que 5 de las prácticas más comunes de la violencia obstétrica son: la violencia psicológica y verbal, que es la más sutil; la episiotomía y la cesárea, además de separar al bebé de su madre y no permitir el libre movimiento en el parto.

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-Violencia psicológica y verbal

En la experiencia de nuestra especialista, esto se vive con matices, no sólo son intentos por limitar tu experiencia de embarazo, hay comentarios hirientes, invalidaciones y mucha frustración como mínimo. Además de la violencia verbal con comentarios que descalifiquen los deseos de una mamá, María José nos ejemplificó en la práctica cómo se ve la violencia obstétrica:

“En el parto que te digan que te calles, o que no grites, se va a morir tu bebé si no pujas… Decirte que no puedes llorar o gritar cuando estás pariendo… Prohibir que esté el acompañante contigo, hacer una inducción que sea innecesaria, una cesárea innecesaria”, incluso, una episiotomía, ejemplificó la experta.

-La episiotomía 

Es importante subrayar que la episiotomía es un procedimiento que no llega a ser necesario, añadió Álvarez Espinosa. Sin embargo, los médicos la realizan “para prevenir desgarros perineales graves”, según el Boletín CONAMED (http://www.conamed.gob.mx/gobmx/boletin/pdf/boletin9/incidencia_intervencion.pdf)de noviembre-diciembre 2016. Este mismo documento señala que este procedimiento ha sido realizado de forma innecesaria en muchas mujeres en trabajo de parto. De hecho, señala que 2 de cada 10 mujeres tienen un parto vaginal con episiotomía.

Este índice resulta elevado si se considera que “no se justifica el uso rutinario de la episiotomía, dado que no presenta beneficios para la madre ni para el recién nacido, por  lo que se recomienda la práctica selectiva”, explica el documento. Las consecuencias negativas de la episiotomía son mayor incidencia de daño perineal severo, frecuencia más alta de dispaurenia, lesiones del esfínter anal y dolor de mayor intensidad en la zona perineal.

-La cesárea innecesaria

Otra de las experiencias más comunes en las que se vive la violencia obstétrica es la cesárea. Al respecto, también se puede retomar el Boletín CONAMED, pues es otra práctica innecesaria, “de hecho, sólo un porcentaje de los nacimientos por cesárea se explica por razones médicas”.

“La cesárea, cuando es necesaria desde el punto de vista médico, es eficaz para disminuir la mortalidad maternal y perinatal”, señala el documento. Sin embargo, la investigación expone que no se han demostrado los beneficios del parto quirúrgico cuando el diagnóstico es injustificado, “conlleva riesgos inherentes, quirúrgicos y anestésicos que sobrepasan los beneficios para la madre y el neonato; además se transgreden los derechos reproductivos de las mujeres”, agrega el escrito.

En el caso de las cesáreas, el índice también es relevante, en la población de la investigación presentada en el Boletín, en 2015 se llevaron a cabo 1,002,936 nacimientos, de los cuales 360,102 fueron cesáreas. Esto indica que el 35% de los nacimientos son con cesárea, “cifra que supera la recomendada por la OMS de 15%”. México ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en el uso de la práctica de cesárea sin indicación médica, señala un comunicado (http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/Boletines/2016/Noviembre/18/2575-Mexico-ocupa-primeros-lugares-en-violencia-obstetrica) del año 2016 emitido por la Cámara de Diputados. Otra forma en la que también se hace presente la violencia obstétrica “es separar a la madre y al bebé, también es súper común… Lo que necesita un bebé es estar pegado a su mamá inmediatamente”.

-Separar a la mamá y al recién nacido

“Así es la maternidad, tu bebé debe de estar pegado a ti porque somos mamíferos”, explicó Álvarez Espinosa. “Somos animales que necesitamos estar pegaditos el uno al otro y para que empiece la lactancia inmediata”, comentó la experta.

 -No permitir el libre movimiento

Algo que desafortunadamente también es común es que la mamá no tenga libre movimiento durante su parto, “amarrar a la madre también pasa mucho”, agregó la psicóloga. “En un embarazo la madre y el bebé tendrían que ser los protagonistas”. Es importante decir que no todos los médicos, prácticas o procedimientos están incorrectos, se trata de escuchar las necesidades de cada mamá y poder satisfacerlas de la manera más profesional posible respetando sus derechos.

¿En México se castiga la violencia obstétrica?

“La violencia obstétrica sí está reconocida por la OMS, pero el término como tal no está reconocido por la FEMECOG que es la Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia y Ginecología, entonces no hay como una tipificación legal”, explicó nuestra entrevistada. Legalmente es complicado poder penalizar a quien cometa la violencia obstétrica. Ante esto, lo mejor es sumarse a la lucha por difundir la existencia de este tipo de agresión para poder identificarla, frenarla y visibilizarla “Alzar la voz es lo más importante, hablar con todas las mamás que se pueda y decirles lo que me pasó; con doulas, con Médicos que sí sean proparto respetado”.

Consecuencias en la mamá

La violencia obstétrica marca la maternidad, deja huella en la vida de la mamá, y en casos extremos en la salud física y emocional de ella y de su bebé. “Se causan depresiones posparto, depresiones por estrés postraumático posparto, que son cosas bien complicadas… Si no se atienden se pueden volver crónicas”, apuntó la especialista.

¿Cómo superar este tipo de violencia?

Cuando se es víctima de violencia obstétrica, se necesita apoyo emocional y psicológico, no sólo de la pareja o familia. Puedes asistir a grupos de apoyo para ponerte en manos de expertos que están preparados para ayudarte y así sanar la herida emocional o el recuerdo traumático. Existen lugares como Luperca (https://www.centroluperca.com/)o GIRE (https://gire.org.mx/) que ayudan y apoyan a las mujeres a superar esta experiencia además de impartir cursos prenatales para brindar información.

“Es importantísimo repasar todo lo que ocurrió en tu parto para poderlo reparar”, explicó María José.

¿Cómo evitar que esta violencia se haga presente en un embarazo?

“La norma tendría que ser que los médicos fueran absolutamente respetuosos de las mujeres, sus deseos, de su fisiología, pero esto no es así”, declaró María José Álvarez. Ante esta situación, que termina siendo el escenario para que la violencia obstétrica aparezca, lo mejor es que tanto la mamá, como la pareja o los familiares, se informen, lean, investiguen, cuestionen, decidan y actúen a favor de los derechos de la mamá y del recién nacido.

“Tanto la madre como el padre, tienen una responsabilidad de informarse, de ir a buenos cursos de preparación para el parto”, para María José estos cursos son esenciales para evitar la violencia obstétrica. La experta, que trabaja en un centro en donde se ofrecen estos cursos, reconoce que es gracias a la información que las mamás, papás y familias pueden evitar ser víctimas de este tipo de violencia.

Es en estos cursos en los que se conocen los derechos o surgen los temas que se deben aclarar con los médicos antes del parto. Estos cursos de preparación para el parto hablan “de las opciones que tenemos, de nuestros derechos, de las capacidades de nuestros cuerpo, del proceso de trabajo de parto y de los cambios que suceden tanto en el embarazo como en el parto como en el posparto”, aclaró María José.

¡Se puede prevenir!

Para prevenirla es importante que escuches a tus médicos y notes si hay algún foco rojo que indique que su forma de trabajo no corresponde a tus deseos ni necesidades. Por ejemplo, la psicóloga María José Álvarez nos compartió su experiencia, en la que se dio cuenta que su doctor no tenia un perfil compatible con lo que ella quería para su parto.

“Le dije, ‘tengo curiosidad por el parto en agua, suena interesante, he leído que ayuda porque yo no quiero ponerme la epidural, quiero sentirlo todo’”. La respuesta de su doctor fue suficiente para que a la semana 37 ella decidiera cambiar de especialista, le respondió, “yo el parto en agua no, yo atiendo el parto a 45º, acostada porque yo no te prometo poderlo cachar en alguna otra posición… Y, ¿el parto en agua? Pues no somos delfines”.

Al ver que el criterio y formación de su doctor no era compatible con la experiencia que María José quería para su parto, ella hizo valer su derecho de cambiar de doctor hasta encontrar uno que se acoplara a su deseo. Lo que ayudó a María José a tener su alumbramiento de la manera en la que ella deseaba fue estar informada y saber lo que quería para su parto.

Esos 2 factores la llevaron a las pláticas correctas para darse cuenta que su doctor, no podía seguir atendiéndola. “La información te da las herramientas para decir, ‘ok, aquí hay foquitos rojos’”, en ese momento debes cambiar de doctor para vivir la maternidad a tu manera, exhortó la especialista.

El médico no es la única persona responsable, los procedimientos y recursos de cada hospital también deben ser considerados por ti antes de escoger dónde vas a parir. Otro consejo que María compartió fue que puedes preguntarle a tu doctor su porcentaje de cesáreas y de partos naturales, “tendría que ser la mayoría parto natural”.

Información, el primer elemento para una maternidad feliz

“Mientras más información tengamos más poder vamos a tener, esto nos va a dar herramientas para que también nos armemos del mejor equipo”, explicó Álvarez Espinosa para resaltar que la información es lo principal contra este tipo de violencia. “Que el médico sí practique un parto respetado; o parteras, si es nuestro deseo; pediatras que sean prolactancia, doulas de parto, doulas posparto… Si tienes algún antecedente psicológico, tener ya a tu psicólogo o psiquiatra que estén acompañándote durante tu embarazo”.

Estar informados nos ayuda a conocer, pero también a distinguir y cuestionar, es decir, nos ayuda a ser conscientes de si lo que se está viviendo está encaminado a lo que queremos experimentar. De este modo, es más fácil que puedas hacerle a tu doctor las preguntas indicadas para saber si es el médico ideal para este proceso. Puede pasar que, el ginecólogo que te ha visto durante mucho tiempo, no sea el calificado para el tipo de parto que quieres experimentar. Es importante que sepas que tienes derecho a un parto respetado y, si así lo deseas, lo mejor es que te acompañe un especialista que está dispuesto a respetar lo que dice la OMS al respecto.

Pero, sobre todo, que procure cumplir con las decisiones que tomes en tu embarazo, parto y posparto, siempre y cuando, tu estado de salud y el de tu bebé no se vean comprometidos. “Es importante que el padre esté ahí, apoyando a la mamá y sus deseos para que entonces esto funcione bien”, si la pareja conoce lo que la embarazada quiere, es más fácil que ambos identifiquen si su embarazo se desarrolla como desean y el parto se planea según lo que la madre desea como experiencia. Para que puedas esquivar la violencia obstétrica e identificar a quien la ejerce, puedes “leer mucho, ir a cursos y armarte de un buen equipo”, finalizó María José Álvarez Espinosa (https://www.instagram.com/taueret.tribu). 

Recomendaciones de la OMS 

En el documento (https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/29347/ViolenciaObstetrica.pdf)de Género y salud, se citan las 10 recomendaciones de la OMS con respecto a la atención del parto, una guía para evitar la violencia obstétrica:

1. Ser no medicados, proveyendo el mínimo de intervenciones que sean necesarias.

2. Reducir el uso excesivo de tecnología o la aplicación de tecnología sofisticada o compleja cuando procedimientos más simples pueden ser suficientes o aún superiores.

3. Basarse en las evidencias científicas.

4. Regionalizarse y desarrollar un sistema eficiente de referencias de centros

de atención primaria a niveles de cuidado secundario y terciario.

5. Incluir la participación multidisciplinaria de profesionales de la salud tales

como parteras, especialistas en obstetricia, neonatología, enfermería, educación del parto y de la maternidad, y en ciencias sociales.

6. Ser integral, teniendo en cuenta las necesidades intelectuales, emocionales, sociales y culturales de las mujeres, sus niños/as y familias y no solamente un cuidado biológico.

7. Centrarse en las familias y dirigirse hacia las necesidades tanto de la mujer y su hijo/a como de su pareja.

8. Ser apropiados, teniendo en cuenta las diferentes pautas culturales para permitir y lograr sus objetivos.

9. Tener en cuenta la toma de decisión de las mujeres.

10. Respetar la privacidad, la dignidad y la confidencialidad de las mujeres.

Recordemos que el parto es más que una intervención, es una experiencia de vida, de amor, un nuevo capítulo en el libro de la familia y un nuevo comienzo en la vida de un ser humano, el bebé.