Los 4 accidentes de bebés y niños más comunes que atiende un paramédico
Updated on Agosto 22, 2024
Created on May 20, 2023
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Updated on Agosto 22, 2024
Created on May 20, 2023
Sabemos que ser mamá o papá es iniciar una aventura para toda la vida, aventura que en ocasiones viene acompañada de sustos o accidentes en casa. Por ello, nos acercamos con la licenciada Stephanie Chapiro (https://www.instagram.com/primerosauxiliosparapadres/), técnico en emergencias médicas.
Stephanie que, tiene 12 años en el campo como paramédico, pudo platicarnos de los casos más comunes que ha atendido con bebés y niños. Stephanie es mamá, así que además de tener su enfoque práctico, su perspectiva es enriquecedora pues conoce las dinámicas y situaciones en cualquier hogar.
Stephanie siente un gran compromiso en informar a las mamás y a los papás lo que se puede hacer en esos segundos de angustia. Por eso, es importante que se pueda hablar de prevención, pero sobre todo, de saber reaccionar según el bebé o niño accidentado, “hay que actuar con respecto con base en la edad del pacientito”, explicó Stephanie.
“En ese primer momento… Después de qué sucede un accidente, por ejemplo un chiquito, se cae de un cambiador, que es muy típico y se empieza a convulsionar, ¿qué es lo que tengo que hacer?”. Saber de primeros auxilios es necesario para controlar la situación crítica, “que no hagamos un problema más grande o no compliquemos las cosas… Siempre es no hacer más daño del que no hay”.
De este modo, la experta hace énfasis en que, como padres, debemos estar preparados para cuando la ocasión lo requiera pues la forma en la que actuemos puede definir el desenlace del accidente. Algo que es muy importante para saber cómo actuar, según la paramédico, es distinguir entre una emergencia y una urgencia.
Para la experta, conocer la diferencia entre emergencia y urgencia es el primer paso para una reacción correcta en un accidente en casa.
¿Tú sabes cuál es la diferencia entre una emergencia y una urgencia?
¿Sabes cuándo tienes que salir corriendo al hospital, cuándo llamar y esperar a la ambulancia o cuándo es algo que puedes neutralizar en casa?
“Una urgencia es cuando urge que me vea el especialista pero mi vida, en ese momento, no está en peligro”, explicó Chapiro. Para ejemplificar, Stephanie dijo, “un niño que se metió un frijolito en la nariz, es una urgencia, lo tiene que ver un especialista, tiene que sacarlo el especialista, sin embargo, en ese momento su vida no está en peligro”.
Al entender esta situación con calma y conocimiento, el paso a seguir llegará a la mente y se actuará de forma adecuada. “No es para pedir una ambulancia, me puedo ir por mis medios, me puedo ir en mi coche, con calma, con el niño, no regañándolo, pero el niño está respirando, aunque el niño respire por un lado de la nariz”, añadió.
“Urge que lo vea un doctor, te vas por tus medios, sacas una cita o vas a Urgencias a que lo valoren”. En cambio, una emergencia compromete la vida de la persona. “Si ese mismo frijolito lo succiona y empieza con dificultad para respirar… Eso ya es una emergencia porque está comprometida la vía área que es la tráquea”.
Si el frijolito obstruye por completo la tráquea, el niño dejará de respirar, “ahí sí la vida está en peligro, ahí sí esperamos a los paramédicos”. Stephanie sabe que es una decisión difícil, sin embargo, es importante saber cómo actuar diferenciando una emergencia y urgencia.
Otro ejemplo de emergencia es cuando el pequeño se convulsiona, “no sabemos qué va a pasar, ni cuánto tiempo va a convulsionar, esperamos la ayuda profesional”. Ya con esta información podemos identificar si el accidente que ocurre en casa es una emergencia o una urgencia y con base en eso, actuar puntualmente.
¿Sabes a qué número debes llamar en caso de una emergencia?
La experta compartió un gran tip: enseña a tus hijos de 7 años para arriba a pedir una ambulancia.
Pega en la base del teléfono un papel con el número 9-1-1.
Menciónales este número como nueve-uno-uno, será más fácil que lo asimilen número a número que si lo explicas como novecientos once.
“Puede ser mamá la que no se siente bien… Si los hijos están en edad es muy importante enseñarles cómo van a pedir una ambulancia”, explicó.
En el caso de estar en casa, para Stephanie existen 4 tipos de accidentes de bebés y niños que son comunes: golpes en la cabeza, heridas de animales, atragantamiento y quemaduras. A continuación, abordaremos cada tipo de accidente con sus recomendaciones de primeros auxilios, para que como mamá o papá sepas cómo reaccionar si te sucede algo similar.
Ya sea por caídas o porque se le vienen objetos encima, incluso, porque el hermanito le aventó el juguete, los golpes en la cabeza son de lo más común.
Con respecto al primer tipo de accidentes, Stephanie nos contó que la gravedad del golpe en la cabeza es variable, sin embargo hay una lista de 9 síntomas que, desde su experiencia, se consideran para saber si es una emergencia o una urgencia.
“Los accidentes suceden en un abrir y cerrar de ojos, por eso son accidentes, no tenía yo el conocimiento de que iba a suceder”, aclaró Stephanie Chapiro.
Para este accidente, Stephanie puso el siguiente ejemplo. Una pequeña se encuentra sentada en su silla de comer, en un descuido, se cae, llora y presenta un chipote. “Después de un golpe en la cabeza, ¿qué es lo que yo tengo que checar?”, la doctora explicó los siguiente:
Podrá llorar, privarse o estar inquieta, pero no convulsionarse.
En caso de que convulsione…
Un bebé de brazos debe convulsionar en los brazos de un adulto, “voy a tomar el tiempo de la convulsión, es muy importante, si dura 30 segundos, 5 minutos, 10 minutos…”, explicó la experta. Si el niño ya es más grande, “lo que voy a hacer es quitar todo lo que esté alrededor para que en este golpeteo de su cuerpo no se lastime”.
Stephanie fue muy clara al decir que no es necesario que se le meta algo a la boca, “se va a morder la lengua, sí; van a salir fluidos, sí; no pasa nada”. Después de la convulsión viene el verdadero problema, alertó la experta, “es cuando los pacientitos llegan a fallecer porque viene una relajación en todo el cuerpo, pierden el control de esfínteres, se hacen pipí y popó…”, pero esto no es lo más peligroso.
La lengua es un músculo que cuando se relaja se va para atrás, “la base de la lengua bloquea la vía aérea que es la tráquea, entonces es cuando no respira”. La paramédico recomienda que, después de la convulsión, se ponga del lado al pequeño para que no haya riesgo, “con esto le salvo la vida a cualquier persona que convulsione”.
Este tip de supervivencia también aplica en adultos. Si el bebé o el niño vuelven a convulsionar se debe hacer lo mismo, tomar el tiempo, evitar que se lastime con muebles u objetos cercanos y ponerlo de lado después de la convulsión.
Es decir, que no se desmaye.
“Si hay un desmayo, pero la persona sí está respirando… Por cuestión de seguridad, también se pone de lado”.
Este vómito es muy claro diferente el vómito normal o de berrinche, “es un vómito tipo exorcista, sale con fuerza y puede llegar hasta la pared o al techo”. “Este vómito es una señal de que empieza un proceso inflamatorio a nivel cerebro”, añadió la experta.
Está la posibilidad de que vomite y por seguridad, siempre hay que ponerlo de costado, mínimo girar su cabeza hacia un lado.
Supongamos que el bebé ya te miraba con atención y seguía con la mirada ciertos objetos, pero después del golpe, “ves que no te mira, no se ríe, no sigue las llavecitas, sus ojos pueden estar temblando...”, entonces algo está pasando. “Si tú conoces bien a tu hijo, y más cuando es bebé, en el momento en que veas algo anormal, lo vas a detectar rápido”, comentó Stephanie Chapiro.
En el caso de un bebé, “si la mollerita está muy hundida, quiere decir que algo malo está pasando, al igual que si está muy inflamada”. La mollera debe cuidarse y en caso de golpe, revisarse con mayor seriedad hasta los 3 meses.
“Las pupilas, son otro indicativo después de un golpe en la cabeza, es más difícil para las mamás detectarlo, pero una pupila está del tamaño de la cabecita de un alfiler y la otra la ves totalmente dilatada”, esto quiere decir que hay un daño en la cabeza ocasionado por el golpe explicó la paramédico.
Ten en el botiquín de casa una lamparita pequeña con una luz suave, pupilera, para que puedas ver los ojitos de tu hijo.
Es importante que, en caso de que el niño ya hable, intentes entablar una conversación con él, quizá debas esperar unos minutos a que le pase el susto. “Una vez que esté calmado le voy a preguntar, ¿qué te pasó? ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? Con esto voy a poder valorar el estado neurológico de mi hijo, cualquier cosa que yo vea anormal… Me voy al hospital”.
“Voy a revisar sus oídos, que no salga ningún líquido”, sentenció la experta. Esto también sería señal de proceso inflamatorio en el cerebro, “este líquido es líquido cefalorraquídeo por una inflamación a nivel cerebro y es transparente, puede ir pintado ligeramente de rosa”.
“La crepitación quiere decir que yo paso mis manos en donde fue el golpe y escucho ‘chrrrhrrr’, esto nos va a indicar que hay una fractura y debe ser valorado por el especialista”, advirtió.
“De cero a seis meses, es muy importante que, cualquier golpe en la cabeza, sea valorado por el especialista”, después de los seis meses puede ser valorado en casa con el listado de los 9 síntomas. “Si yo lo valoro y está bien, me puedo quedar tranquila”, añadió Chapiro.
La paramédico recomienda que se esté evaluando a la pequeña o al pequeño durante 3 horas cada 45 minutos. Cada vez que se realice la valoración se deben repasar los 9 síntomas descritos anteriormente. Si alguno de estos síntomas se hace presente, el accidente se convierte en emergencia, por lo tanto, se debe llamar a la ambulancia para que lleguen personas capacitadas a atender al menor.
¡OJO! Los niños cooperan menos si ven a mamá o papá alterados.
Cualquiera que haya sido la situación en la que se dio el golpe en la cabeza, el protocolo es el mismo.
“Cualquier golpe en la cabeza, que te tira un diente, que no sea de leche ni que esté flojo, un diente permanente, es un trancazote”, explicó la experta. “Sí tienes que ir al especialista”, pero si el niño habla y actúa normal, puedes ir con calma a ver al doctor, comentó Chapiro.
Es normal que por el golpe, el susto, o por un berrinche, el niño se prive, es decir, pareciera que deja de respirar en pleno llanto. La experta recomienda no hacer nada en el momento, su cuerpo reaccionará y respirará por sí solo.
No es necesario que se le sople en la cara, pues eso evitará que el aire entre con facilidad cuando inhale. Lo que se puede hacer es acostarlo con los pies ligeramente elevados.
Esta es una de las recomendaciones que hemos escuchado de generación a generación, si tu hijo se golpea en la cabeza, no lo dejes dormir. Sin embargo, la paramédico opina que esto no está científicamente justificado.
Nos explicó que el sueño que les da a los pequeños después de un golpe y de su lloriqueo se debe a una reacción química normal.
Con el golpe y el susto generaron adrenalina, pero no se pueden mantener en este estado todo el tiempo. Con el paso de los minutos, llega una hormona que tranquiliza y relaja su estado alterado por la adrenalina.
Eso, más el cansancio físico provocado por el llanto, generan sueño. “Sí se puede dejar dormir, si (la caída) es de su altura para abajo”, pero la recomendación es poder quedarnos a su lado mientras duerme para poder notar si le ocurre alguno de los 9 síntomas que explicamos anteriormente.
Un bebé o niño dormido puede convulsionar, puede tener vómito proyectil, presentar el líquido cefalorraquídeo en nariz y oído y también se puede evaluar el estado de alerta. Así que con calma, puedes dejar que duerma mientras lo observas. Para evaluar el estado de alerta de un bebé se puede acariciar con firmeza, como si se le fuera hacer cosquillas en la planta del pie.
Con esta acción, nos dice la experta, se activa su sistema respiratorio y el bebé inhalará a profundidad, como un tipo suspiro. En niños mayores se les puede aplaudir o hacer un ruido y darán un brinco. “Las pupilas si es algo más tardío y es más complicado para las mamás… Pero sí se puede quedar dormido”, agregó. Si se duerme se debe valorar su estado cada 40 minutos para descartar que presente algún síntoma de emergencia.
Si tu mides 1.65 y te caes, es decir, desde tu propia altura te vas de espaldas, ¿es un golpe fuerte? La respuesta es sí.
Si un niño pequeño se cae desde su propia altura, ¿el golpe es el mismo? La respuesta es… ¡Sí, también es un golpe fuerte!
“Es muy importante la altura de la que se cae un bebé”, explicó la experta, “la superficie también es importante; no es lo mismo, en un tapete, a que sea en el asfalto, que sea en un pasto”. En el caso de los niños pequeños es importante mencionar que las caídas de cabeza son más probables porque es donde se encuentra la mayor parte de su peso.
Las caídas desde los cambiadores son de los accidentes más comunes con golpes en la cabeza. Si el golpe en la cabeza fue en una altura de más del doble de su propia estatura, Chapiro recomienda que sí sea evaluado por un especialista, “ahí sí me voy a ir a un hospital”.
Por ello, Stephanie recomienda que el cambiador vaya a nivel piso, “pones el foamy, lo pintas padrísimo, te sientas y si el bebé se da la vuelta no se va a caer”. “Para mí los cambiadores se hicieron para la comodidad de las mamás pero no pensando en la seguridad de los bebés”, añadió advirtiendo el peligro.
Si usas un cambiador alto, Stephanie recomienda que uses el cinturón de seguridad o los bordes elevados. Todos los gadgets para niños como sillitas o mecedoras, tienen medidas de seguridad, ¡ocúpalas! Sigue las recomendaciones del fabricante.
“Si hay un chipotito o una inflamación, lo más importante siempre cuando es un golpe en la cabeza es poner hielo”, recomendó Stephanie. “El hielo reduce la inflamación, da anestesia local y después puedo darle algún medicamento o un analgésico”, añadió.
Estos accidentes han sido más comunes durante la pandemia pues los niños están cerca de sus mascotas la mayoría del tiempo. “A veces el animalito no quiere convivir o al niño le encanta agarrar al animal y no es que sea malo el animal pero da el rasguño o da la mordida”. Stephanie explica que la piel de los pequeños es muy delgada, por lo tanto, necesita ser cuidada y evitar riesgos innecesarios.
¿Cómo tratar una herida provocada por un animalito?
“La boca del animal es un lugar de muchos, muchos gérmenes”, explicó, “lo primero que tienes que hacer es un control de la escena”, añadió la paramédico.
Para neutralizar la situación sigue 3 pasos:
“Hay heridas que son muy superficiales, que no tienen mayor problema, en este caso voy a lavar con agua y jabón”, comentó Stephanie. Para hacer este lavado, el jabón que tienes en tu casa está bien, “la mejor forma de lavar heridas es con agua y jabón”.
Con esto, la experta quiere decir que, con calma y con un volumen de voz tranquilo, hables con el pequeño y le ayudes a tranquilizarse. “Para que el niño coopere hay que hablarles con esa magia, cuando les sale sangre ellos se asustan mucho, entonces yo les digo… ¡Vamos a buscar si hay diamantina!”.
Para esto necesitamos agua y jabón, pero también valor para tallar la herida sin pensar que lo estamos lastimando. “Si yo limpio una herida bien una vez, la probabilidad de que se infecte es muy, muy baja”, explicó Stephanie para exhortar a los papás a que laven con seguridad las heridas de sus hijos. Después de haber lavado la herida, se puede observar qué tan superficial es.
Si la herida es superficial…
“Si se ve superficial esto quiere decir que no se ven las bolita de tejido graso”, explicó Chapiro. Lo que se debe hacer es lavar la herida con agua y con jabón y dejarla secar al aire libre, “nada de ungüentos”, recomendó. El antiséptico en spray, el merthiolate, el alcohol, agua oxigenada, son opcionales, pero se debe considerar que algunas personas llegan a ser alérgicas a estas sustancias.
Lo mejor, según la especialista, siempre será sólo lavar con agua y jabón. “La herida, a veces, saca un liquidito, voy a dejar secar, cuando ese liquidito ya se seca, que lo toco y no está viscoso, en ese momento puedo poner un regenerante celular”.
Para la paramédico Stephanie Chapiro, quien da cursos de primeros auxilios para padres, lo que se debe hacer con una herida infectada es reventarla. “Yo les recomiendo utilizar una lanceta, las que usan para diabéticos, la abres y le haces un agujerito, no hasta adentro, sólo rozan la piel y hay que drenar muy bien”.
La lanceta es una aguja pequeña, que viene esterilizada y es usada junto a una plumilla para poder extraer una gotita de sangre para medir el nivel de glucosa del paciente. Después de drenar la herida y lavar puedes aplicar un antibiótico tópico. Recuerda consultar a tu médico.
En caso de que la herida no sea superficial, hay que mantener la calma. Si se ve tejido amarillo, “eso quiere decir que esa lesión necesita una sutura o bien el pegamento que les ponen hoy en día”. Si el niño respira, aunque la herida puede ser aparatosa, se deben tranquilizar todos.
Lo que se debe hacer en estas circunstancias es limpiar la herida con jabón y el agua más limpia que se tenga. Después, tomar gasas, el trapo, o un pedazo de tela, la más limpia que se tenga y mojarlo con el agua, “escurro bien y se lo voy a poner sobre la herida”. Con la herida limpia y cubierta, ya se debe acudir al hospital.
Poniendo de ejemplo que un perro le muerde el dedo a un niño, es importante llevar al hospital la parte del cuerpo desprendida. “La voy a poner en una bolsa, cierro la bolsa muy bien y esa bolsa va sobre hielo, nunca voy a poner directo sobre el hielo”. En el caso de la parte del cuerpo lastimada, como el resto de la mano, “si está saliendo sangre, presiono la herida”.
Si las gasas que se ponen se llenan de sangre, no se deben retirar, “porque si la retiro y ya se hizo una costrita o un tapón plaquetario otra vez vuelve la hemorragia, voy a ir colocando más”. De esta manera vas deteniendo el sangrado y mantienes la presión con las gasas limpias que vas sumando.
Si la herida es superficial, puedes lavar con agua de la llave y el jabón antibacterial que tienes en casa.
Stephanie nos compartió las siguientes recomendaciones para evitar accidentes en casa entre los niños y las mascotas:
“Para evitar accidentes hay que quitarnos el tabú ‘a mí no me va a pasar’”, dijo la paramédico, “este pensamiento hace que tú no tengas la cultura preventiva”. Stephanie hizo mucho énfasis en crear una cultura preventiva y decirle adiós a una cultura correctiva. Para la experta, los primeros auxilios empiezan en crear hogares, escuelas y centros de convivencia con estrategias de prevención de accidentes.
Este accidente es el más temido por las mamás que están alimentando a sus hijos, ya sea por amamantamiento o con biberón. Incluso, llega a ser un escenario temido para los padres primerizos o familiares que auxilian a la mamá.
¿Qué hago si al bebé se le va la leche de lado? ¿Cómo debo reaccionar si mi pequeño se atraganta?
“Aquí tengo que entender qué es lo que está pasando en el cuerpo”, dijo Stephanie para explicar la anatomía del cuerpo humano que interviene en el atragantamiento. Así, conociendo cómo se conectan nuestros órganos es que podemos actuar de forma correcta y puntual para dar los primeros auxilios.
“Tengo la cavidad oral, la cavidad nasal y por aquí adentro, se conectan”, dijo la experta señalando atrás de la garganta. “Si yo siento este tubo (dice deslizando su dedo sobre el cuello), eso que se siente como anillitos, es la tráquea, la vía aérea”, añadió, “la vía aérea llega hasta los pulmones”.
“Atrasito, no lo van a lograr sentir, porque tienen las cervicales, la columna vertebral, pero en medio de la columna vertical, las cervicales y la tráquea, hay otro tubito que baja, ese tubito se llama esófago, el esófago llega al estómago”, comentó Chapiro.
Para seguir con la explicación, nos invitó a imaginarnos cómo es que, arriba de ambos tubos, hay un policía que decide qué es lo que es comida y se va por el esófago y qué es aire y se debe de ir por la tráquea. “Ese policía te dice, ‘¡ah tú eres aire! Si eres aire, tapo el esófago’ y hace que el aire te llegue a los pulmones”, explicó Stephanie, “en el caso de los bebés, ‘eres leche’, lo que sea que tenga que ir al estómago, tapa la tráquea y llega al estómago”, agregó.
“Este policía se mueve muy rápido, a todos nos ha pasado, que de repente… Ese policía se tomó un descanso, o te estás riendo y estás comiendo y tomas aire al mismo tiempo, entonces, el policía dice, ‘espérame, ¿es aire? ¿es comida? ¿Qué hago?’ Entonces trata de tapar las 2 vías y entran partículas o cualquier otra cosa a la tráquea”, comentó.
Cuando esto sucede, ¿cómo responde el cuerpo? “Tose”, explicó la paramédico.
“Ahí es cuando yo como mamá, empiezo con palmadas en la espalda, pajarito, pajarito, agua, pásame el agua…”, esta reacción es muy común sin embargo, eso no significa que sea la mejor que se puede hacer en caso de un atragantamiento. “Cuando estoy tosiendo, tengo que dejar que mi cuerpo tosa”, dijo la experta pues una palmada en la espalda puede provocar que el accidente empeore. “En el momento en el que yo le doy un golpe, puedo hacer que esas pequeñas partículas que están en la tráquea, en vez de salir… Se queden más abajo o tapen la tráquea”, explicó la especialista.
Toser es un mecanismo de defensa natural del cuerpo, en estos casos, la recomendación de la paramédico es dejar que el bebé o el niño tosa. Stephanie nos explicó que por este motivo, las palmadas no funcionan, al contrario, pueden empeorar la situación.
El “pajarito, pajarito” que se hace para que los niños volteen hacia arriba tiene una explicación científica. El mirar hacia arriba ayuda a que se abra la vía aérea, sin embargo, el cuerpo es sabio y mientras tose, puede ser que se encorve, “no le cambies (la postura), está expulsando”.
“Si es un bebé pequeñito el que está tosiendo, ponlo de ladito, para favorecer, por medio de la gravedad, si va a salir, pues que salga por su boquita”, dijo la experta.
En un atragantamiento… ¿Si le doy agua a qué tubo se va a ir? Se va a ir al esófago, ¡no lo hagas!
“Entonces, no golpecitos, no pajarito, no darle agua”, esto ayudará a neutralizar la situación mientras el cuerpo responde por sí sólo tosiendo “toser, toser, toser, en caso de obstrucción parcial de la vía aérea”, recomendó como lo mejor. En niños en edad preescolar, podemos invitarlos a toser, “tose, tose, sácalo, vamos a ver qué es lo que tienes allá adentro, tose más fuerte”.
Mientras alguien se atraganta es normal que emita sonidos pues está tratando de liberar su vía aérea. Sin embargo, la ausencia de este jadeo es una señal de alarma. “Si es un bebecito, que a lo mejor está dormido o lo estoy alimentando… O está jugando y de repente veo que empieza a agitar su cuerpo, no me va a poder decir, ‘me estoy ahogando’”, explicó Stephanie.
“Lo que va a hacer es un movimiento violento porque está asustado… Su coloración, entre más pequeñito es, más rápido cambia, voy a ver que mi bebé está azul”, agregó la experta para ejemplificar un accidente por atragantamiento que provoca una obstrucción total de la vía aérea.
“Aquí lo que tengo que hacer es la maniobra de Heimlich”, añadió la experta.
Para Stephanie Chapiro es importante que se tengan nociones de primeros auxilios. La maniobra de Heimlich puede salvar vidas de bebés, niños o adultos. “La maniobra de Heimlich se divide en 2, los niños que no caminan y niños que caminan”, puntualizó.
A continuación te compartimos los pasos de Stephanie para realizar primeros auxilios en un bebé recién nacido que no respira por atragantamiento.