#Crecimiento y desarrollo del bebé

La importancia de poner límites en la educación de tus hijos

La importancia de poner límites en la educación de tus hijos

Poner límites a los hijos puede resultar todo un reto para los papás, por un lado, quién no quiere complacer a sus hijos para verlos felices, pero por otro, quién preferiría no ser el papá que en pleno supermercado debe lidiar con un berrinche.

 

Afortunadamente, no tenemos que irnos a estos extremos para aprender a poner límites. Educar y amar a nuestros hijos son conceptos que no están peleados, al contrario, pueden complementarse para una formación sana. Además, hay que decir que, a cierta edad, los pequeños están en todo su derecho de expresar sus emociones. Es decir, están autoconociéndose y descubriendo el mundo, por lo tanto, actuar con la autonomía que encuentran en ellos mismos, puede desafiar las normas o reglas de su entorno. Sin embargo, es importante mencionar que esta autonomía y esta manifestación de sus emociones, son 2 actitudes muy válidas que van delineando su propia personalidad. Por lo tanto, como padres, debemos ser muy empáticos y prácticos al momento de poner límites.

¿Por qué es importante ponerle límites a los hijos?

Los límites ayudan a moldear el comportamiento de los niños y adolescentes. Es importante ponerlos no sólo para que puedan interactuar de forma segura en su entorno, también por su bienestar emocional. En la infancia, los límites tienen un papel fundamental pues es cuando las y los pequeños comienzan a desarrollar la tolerancia a la frustración, ya que el hecho de tener ciertas restricciones los ubica como parte de un grupo social en el que algunas cosas no están permitidas.

Estos grupos sociales pueden ser, desde la familia, hasta un salón de clases. Son ambientes en donde debe reinar el respeto, las reglas y los valores que construyen el bien común. Esto, es algo que debe ser percibido por los niños y que en su vida adulta puede reflejarse positivamente. A continuación, encontrarás la forma de poner límites en la educación de tus hijos.

Consejos para poner límites

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, es decir, la UNICEF con sede en Uruguay, tiene un documento (https://bibliotecaunicef.uy/doc_num.php?explnum_id=199) en el que aborda, por edad, la mejor manera de poner límites sanos. Todo esto con el objetivo de librar a la infancia de violencia doméstica y poder crear relaciones sanas entre los niños, los padres y el entorno. Este documento señala que, dependiendo la edad, hay diferentes formas e intenciones para poner límites: de 0 a 12 meses, de 1 a 3 años, 3 a 5 años, de 5 a 11 años y de 11 a 17 años.

0 a 12 meses

Marcar límites a esta edad implica guiar a los bebés a adaptarse a una rutina y acomodar su reloj biológico. Debido a esto, los padres o cuidadores deben entender las necesidades del bebé. Poner límites en esta etapa es irlos acostumbrando a que las noches son para dormir, por ello, se les recomienda a los papás ir apagando las luces de la casa y crear una rutina de baño que relaje al bebé y lo disponga a descansar.

1 a 3 años

En esta edad, los límites están encaminados a dos cosas, a la rutina diaria y a la seguridad integral de los pequeños. Esto significa que los papás deben delimitar dónde se harán ciertas actividades, por ejemplo, comer en la mesa y no en el patio, lo que ayuda  que los niños entiendan nociones de tiempo y espacio. Por otro lado, es el momento ideal para utilizar un lenguaje claro y concreto con explicaciones breves como, “no se toca” o “esto duele”.

La UNICEF recomienda hablares correctamente, sin deformar las palabras ni hablar en diminutivo.

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3 a 5 años

A esta edad, los pequeños están desarrollándose de la forma más autónoma posible, quieren explorar el mundo y eso pareciera hacerlos desafiantes. Esta desobediencia es sana, sin embargo, hay que saber manejarla para que entiendan las reglas de convivencia social. El mejor consejo para lidiar con su temperamento es involucrarlos en la situación, la UNICEF pone de ejemplo utilizar oraciones así: “necesito tu ayuda, levanta tus juguetes del piso mientras yo cocino, ¿de acuerdo?”.

De esta manera ellos no lo sienten como una imposición, se sienten parte de un todo en el que cada persona tiene tareas. También motiva a los pequeños el darles el poder de tomar una decisión, en lugar de ordenarles tomar el baño, se puede preguntar: “¿cuándo prefieres bañarte, antes o después de cenar?”. A esta edad, las charlas para explicar los límites son concretas. Además, es útil que ellos noten que nos alegra que cumplan sus tareas, es decir, felicítalos por haber cooperado. En caso de que la situación se ponga tensa, adviértele las consecuencias que traerá su desobediencia, usa un tono de voz firme, pero sin gritos ni violencia. Si no cumple, retírale un privilegio o una diversión, recuerda no usar la violencia, sólo sé firme.

5 a 11 años

Para esta etapa hay 3 conceptos muy importantes: la organización, las expectativas y la información. Es decir, a esta edad, poner límites implica marcar en sus rutinas la organización que les permita cumplir con sus tareas, responsabilidades, momentos de ocio y su descanso. Además, es importante que ellos tengan claras las expectativas de su comportamiento y de su rendimiento escolar. De esta manera, los papás pueden comunicarles a sus hijos lo que desean que ocurra, en el colegio, por ejemplo. También se les brinda información acerca de las situaciones que pueden ponerlos en riesgo como las adicciones o su sexualidad. Por lo tanto, los papás deben hablar con sus hijos de los límites que ellos mismos deben tener para cuidar su integridad.

11 y 17 años

Durante la preadolescencia y adolescencia, surgirán muchos temas o momentos ríspidos, pero esto es normal. Es importante que, a pesar de los “choques” que puede haber entre adultos y adolescentes, el tutor debe acompañar y observar a su hijo. Para esta etapa, hay 2 acuerdos indispensables: apoyo y confianza. Sí, es una etapa en la que los padres deben contener y dar seguridad con firmeza y límites claros. Sin embargo, es sano acompañar al adolescente en su transición y cambiar de opinión cuando se requiera. Todo esto es más fácil si se establece una relación de respeto y comunicación.

Elementos para poner límites de forma sana

A continuación aterrizamos contigo 4 elementos que te ayudarán a poner límites

Comunicación, no gritos

Se trata de hablar, entender, escuchar y retroalimentar, no de gritar para demostrar que quien tiene la autoridad, tiene la razón.

Empatía, no permisividad

Le empatía es un gran valor, puedes inculcársela a tus hijos, pero también puedes tenerla con ellos.

Recuerda no caer en el extremo de la permisividad.

Firmeza, no violencia

La violencia cierra puertas y marca infancias. Sé firme y congruente, procura acercarte sin romper con la confianza y con su privacidad.

Pide ayuda, no obediencia

Involúcralos, resalta su talento, aprecia su disposición, pide su ayuda, para que no sólo te vean como la autoridad, sino como la mamá, el papá o el tutor que está ahí para apoyarlos.

Como lo dice este documento de la UNICEF, “poner límites es una demostración de amor y de responsabilidad”.