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Updated on Julio 13, 2023
Created on Febrero 14, 2023
Cuando se habla de la piel del bebé, se nos viene a la mente la mejilla rosada, suave y aterciopelada, sin embargo, para muchos pequeños y sus padres, la realidad es distinta pues la dermatitis atópica requiere de cuidados muy puntuales para evitar complicaciones.
Para compartirte lo más relevante al respecto, platicamos con la Dra. Angélica Beirana Palencia, dermatóloga y expresidenta de la Sociedad Mexicana de Dermatología.
Nuestra experta nos reveló desde las dudas más sencillas hasta cómo podemos disminuir sus síntomas y, lo primero que nos aclaró, es que no es lo mismo hablar de dermatitis atópica y de piel atópica.
“La dermatitis atópica es la enfermedad y la piel atópica es el tipo de piel sensible que tienen estos pacientes”.
La especialista explicó que es la respuesta exagerada de la piel ante un estímulo, “cuando la piel recibe un estímulo, debajo de ésta hay una respuesta inmunológica exagerada… Estos estímulos están mediados por un tipo de inmunoglobulina que es la E”, es decir, un tipo de anticuerpos.
“Es un problema muy frecuente y multifactorial”, es decir, su origen tiene diferentes causas, como la genética, “tenemos defectos genéticos en donde hay predisposición en donde la piel nazca ya seca y que también se nace con una piel súper sensible a muchas cosas externas”, agregó la experta.
También están los factores ambientales que influyen en la piel del bebé y los factores inflamatorios, “abajo de la piel hay una respuesta inmunológica exagerada a diferentes estímulos”.
Por otro lado, también están los factores emocionales, explicó la dermatóloga.
En resumen, hay que brindar especial atención a todo lo que rodea al bebé y también a cómo se siente en su interior.
A pesar de que en México, existen pocos datos con respecto a qué tan común es la dermatitis atópica, la especialista tiene información de primera mano gracias a su posición laboral.
“Se dice que en la población pediátrica, menores de 18 años, puede afectar del 20 al 30%”, no es un problema menor, estamos hablando de que la dermatitis atópica puede presentarse en casi un tercio de los menores de edad.
“En adultos, mayores de 18 años, al 10% de la población general”, explicó la especialista que ha podido palpar estos números en su consultorio, “esta prevalencia ha ido en aumento en todo el mundo, es la primera causa de atención en dermatología pediátrica y de los primeros cinco padecimientos en la consulta general en dermatología”.
“El diagnóstico prácticamente se hace por las manifestaciones clínicas, muy rara vez vamos a necesitar algún estudio para confirmar el diagnóstico”, dijo al respecto la doctora.
Así que, se trata de observar la piel de tu bebé, el primera paso es identificar si tiene la piel seca, “esa piel seca es más sensible, se empieza a inflamar”.
Además de su apariencia, otro aspecto importante es ver al bebé inquieto o molesto, “otro dato que es súper importante es la comezón, a lo que le llamamos los dermatólogos, prurito”.
“Piel seca y comezón, son los dos datos más importantes para hacer el diagnóstico de dermatitis atópica, pueden nacer los niños con esta sintomatología”.
¡Observa la piel de tu bebé! Diversos factores físicos y ambientales como el sol, frío, mucho sudor, algún tipo de ropa que no sea adecuada, tener contacto con alguna sustancia o solución que irrite la piel, además de los factores emocionales, pueden ocasionar que la piel se empiece a inflamar.
Esta inflamación se distingue por darle a la piel un color rosa o rojizo, incluso con un aspecto de descamación, “empiezan a salir unas bolitas que les llamamos pápulas, siempre con comezón”.
Si notas que tu bebé está incómodo o presenta comezón debes tener cuidado, ya que al rascarse se generarán costras mientras la piel se sigue secando más, “si sigue el proceso de esa piel seca, roja, inflamada, con comezón, entonces puede haber procesos más severos en donde la piel tiene un aspecto como lloroso, lo llamamos eczema”.
Al ser síntomas evidentes, en la gran mayoría de los casos, no se requieren estudios de laboratorios ni toma de la piel (biopsia) para el diagnóstico, sólo en los casos en los que la dermatitis atópica se acompaña de otros padecimientos alérgicos (atópicos), sí se sugieren los estudios complementarios, estas enfermedades pueden ser “asma, rinitis alérgica, alergias a algunas sustancias en la piel, alimentos o medicamentos”.
Algo que ayuda mucho para confirmar el diagnóstico, es la localización, “en los bebés, afecta con frecuencia, las mejillas, el cuello, los pliegues de los brazos y de las piernas”, afirmó la Dra. Beirana.
En niños más grandes, el rostro sigue siendo afectado, así como el cuello, manos, pliegues de brazos y piernas.
“En adolescentes y adultos en los párpados, el cuello y las manos”.
Es durante los primeros dos años de vida cuando el bebé puede desarrollar la dermatitis atópica.
Para nuestra especialista, existen otras 3 señales que apuntan a que un niño pueda presentar a futuro este padecimiento, “piel seca… Se roza con más facilidad con el pañal, que además tiene algo en la cabecita que es una escama fina, o a veces no tan final”, gruesa”.
¡Pero, no hay por qué alarmarse! Tener estos síntomas implica que ya se sabe lo que se tiene que combatir, por lo tanto, las soluciones implican hidratar la piel del bebé con cremas que ayudarán a que no se presente la dermatitis atópica o disminuir la severidad.
Al respecto, la doctora comentó que hay diferentes grados de dermatitis atópica: leve, moderada y severa, “pero todos inician con una piel seca, que se va inflamando y que tiene comezón”.
Si consideras que de acuerdo a la información dada por la experta, que tu bebé puede tener piel atópica, tranquila mamá, tranquilo papá, lo primero que debes hacer es acudir con un médico especialista, para que te oriente y te resuelva cualquier duda, por mínima que parezca.
No temas, si el especialista confirma que la piel de tu bebé es atópica y por consecuencia, delicada, podrá indicarte cuidados y la utilización de sustancias que humidifican y protegen la piel, llamadas emolientes.
Para nuestra experta es importante que evites exponer la piel del bebé, “hay que evitar perfumes sobre la piel del bebé, jabones olorosos, evitar la lavar la ropa con detergentes fuertes o usar suavizantes… Evitar la sudoración, cubrirlos demasiado”.
Qué se debe hacer, la especialista recomienda, hacer cambios constantes de pañal ya que los bebés atópicos se rozan con más facilidad; usar ropa de algodón, baños diarios, cortos y tibios sin tallar fuerte y por mucho tiempo.
“No siempre los productos que dicen para bebé muy perfumados, son los mejores, entonces, se debe detectar que su bebé tiene la piel seca y empezar a usar un buen emoliente los primeros días de vida resolverá muchísimas cosas”.
“Los papás con niños de piel seca, no deben de alarmarse, no deben de preocuparse, más bien ocuparse, de utilizar el mejor emoliente”.
“Si damos una buena emoliencia a los bebés con piel seca, con un buen producto, un buen producto se refiere a un producto que esté hecho con sustancias naturales, que no tenga perfumes, que no tenga conservadores, en este caso Stelatopia”.
Además de estar elaborada con ingredientes naturales que hidraten la piel, se trata de un emoliente que evita que se agrave la situación, “vamos a prevenir que se siga secando y que la piel empeore”, señaló la especialista.
Este cuidado hacia la piel seca debe efectuarse durante toda la vida, “no tenemos que esperar a que haya un brote”, explicó.
Así, mientras mejor se lubrique la piel se evitarán los síntomas y molestias.
Se recomienda usar el emoliente, una o dos veces al día; cuando hay frío, hasta 3 veces debido a que el frío seca más la piel, Esta práctica diaria ayuda a la piel del bebé que naturalmente no puede humedecer y protegerse.
El factor humectación natural es algo que todos debemos producir de forma natural, “nuestra piel es muy sabia, pero en nuestros niños atópicos y con dermatitis atópica, hay un gen que determina que esa sustancia no se produzca adecuadamente y por eso nacemos con una piel más seca”.
Lo anterior determina que debamos cumplir ciertos cuidados, “si nosotros humectamos todos los días la piel de un bebé con un fondo atópico (emoliente), vamos a estar previniendo los brotes de la enfermedad”, finalizó la especialista.
