7 tips para la hora del baño de tu bebé (si eres mamá primeriza)

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El baño del bebé es una experiencia que nos llena de amor, ahí creamos un vínculo especial con nuestro hijo y podría decirse que es una de las pruebas que más nos atemorizan como madres.

El baño del bebé es una experiencia que nos llena de amor, ahí creamos un vínculo especial con nuestro hijo y podría decirse que es una de las pruebas que más nos atemorizan como madres.
 

Sobre todo, cuando somos primerizas y no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo.

Queremos atender a nuestro bebé y vivir esa experiencia, pero nos da miedo hacerlo mal o provocar que él no se sienta a gusto.

¿Cómo y cuándo bañar al bebé? ¿A qué temperatura debe estar el agua? ¿Cómo la mido? ¿Con qué frecuencia tengo que bañarlo? ¿Uso jabón o shampoo? 

Son solo algunas de las preguntas a las que te podrás estar enfrentando ante el reto de bañar a tu bebé.

Probablemente, a esas alturas el bebé ya tuvo una limpieza previa o un baño que le dieron en el hospital o que su abuelita (o algún otro familiar) le brindó.
 

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Sin embargo, es momento de que tú lo hagas sola, pero antes de que entres en pánico, te inquietes, te invadan los nervios o dudes de ti, necesitas recordarte que eres su mamá y que con tu amor podrás brindarle un baño cálido y adecuado.


7 Tips para la hora del baño de tu bebé (si eres mamá primeriza)

Lo primero que debes hacer es prepararte mentalmente, ¡suelta el miedo!, 
 

1. Toma 5 minutitos para relajarte.

Es importante que pienses positivamente y te sientas capaz de darle a tu bebé el rico baño que se merece. Sé paciente contigo porque irás aprendiendo con la práctica.

Si es necesario, háblale a tu mamá o a tu mejor amiga para que te recuerde una vez más lo que debes hacer.
 

2. Ten todo preparado.

Tener a la mano todo listo te dará tranquilidad, así que anticípate y coloca cerca el jabón, esponja, shampoo, toalla, pañal y la ropita de tu bebé. Crear una rutina para antes, durante y después del baño te ayudará a disfrutar el momento y no estresarte.
 

3. Mantén a tu bebé calientito.

Antes de poner a tu bebé en el agua es importante probarla con la parte posterior de tu muñeca o con el codo. Lo recomendado es 37°. El agua debe sentirse tibia, pero no debe estar caliente. 

Ten presente que la piel de tu bebé es más sensible que la tuya. Por esto, el agua que se sienta bien para ti será demasiado caliente para él.

Cuando ya hayas desvestido al bebé ponlo inmediatamente en el agua para que no sienta frío. Usa una de tus manos para sostener la cabeza y la otra para guiar su cuerpo hacia el agua empezando por los pies.  La mayor parte de su cuerpo y cara deben estar por encima del nivel del agua, por lo que deberás verter agua tibia sobre el cuerpo de tu bebé con frecuencia, así lo mantendrás calientito.

Cuando el baño termine, envuélvelo rápidamente con una toalla, debes cubrir la cabeza y el cuerpo para que se mantenga a una temperatura cálida. 

Seca al bebé con pequeños toques y aplica un poco de loción hipoalergénica para evitar que se reseque su piel.

Vístelo enseguida para que no tenga frío.

4. Tiempo.

Los recién nacidos no necesitan bañarse todos los días, porque eso puede resecar su piel. Solo es necesario que durante el cambio de pañal se limpie adecuadamente. 

Lo recomendable es bañarlo 2 o 3 veces por semana. 

Si aún no se le cae el cordón umbilical, debes darle baños de esponja. No lo puedes bañar en la tina. 

Si por accidente se llega a mojar el cordón, debes secarlo con una toallita. No es necesario que lo frotes.

Si tu bebé es muy pequeño, coloca en la base de la tina una toalla para evitar que se resbale.

El baño debe durar entre 5 y 10 minutos, no es recomendable excederte de ese tiempo. 
 

5. Usa el jabón adecuado.

Es importante que busques el jabón adecuado para tu bebé y para su tipo de piel, ya que algunos jabones podrían resecar su piel. 

Necesitas usar jabones suaves de pH neutro que no contengan aditivos.

Empieza por la cabeza y finaliza por los genitales. 

Esto es para que el agua y la esponja que se usaron para la cara no tengan gérmenes de secreciones.

Al lavar su cabeza sostenlo en tu antebrazo de manera en que su cabeza descanse en tu palma. Así el agua y el jabón no le entrará a los ojos.
 

6. No talles, acarícialo.

Durante el baño tus manos serán el medio con el cual tu bebé se conectará con el agua y el rito del baño en general.

Así que aprovecha y ocupa tus manos para acariciarlo y darle masajes en lugar de simplemente tallarlo. 

De este modo podrás brindarle un masaje suave y tranquilo a la par de una limpieza adecuada. 

Acariciarlo no solo se trata de hacerlo con las manos tu voz le transmitirá seguridad y confianza.

Háblale para darle ánimo y para que entienda que es un momento de gozo (y no de sufrimiento).
 

7. Que lo disfrute.

Si tu bebé está disfrutando del baño, déjalo un ratito más para jugar y salpicarse un poco con el agua. Recuerda no pasarte de 10 minutos.

Mientras más se divierta, menos miedo le tendrá al agua y a bañarse. El baño puede ser una experiencia que lo relaje y lo calme. 

Los bebés pequeños no necesitan juguetes para su baño, ya que el solo hecho de estar en el agua es suficientemente divertido para ellos. 

Sin embargo, una vez que el bebé tenga el tamaño apropiado para estar en la tina, los juguetes son fundamentales. 

Ten presente que bañar a un bebé que llora, que es juguetón o inquieto, necesita de práctica. Así que no te estreses de más.

Con el tiempo será más fácil y tanto tú como tu bebé podrán disfrutarlo. Enfócate en hablarle, cantarle y acariciarlo con ternura. 

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