Conoce las prácticas de disciplina que puedes compartir con tus hijos

Conoce las prácticas de disciplina que puedes compartir con tus hijos

El amor y la disciplina no son elementos que se contradicen, al contrario, en conjunto forman un equipo para darle a tus hijos herramientas que les serán de utilidad durante toda la vida. Es importante que, durante sus primeros años de vida, los pequeños vivan en un ambiente sano y amoroso en el que las reglas estén presentes y así puedan aprender a ser parte de una sociedad.

Recordemos que la familia es la primera sociedad de la que forman parte, así que es donde podrán ir encontrando el significado de conocer las normas y acatarlas por el bien común. Por otro lado, cuando son pequeños quieren conocerlo todo y no miden el peligro, por lo tanto, necesitan ir aprendiendo límites.

No sólo por evitar conductas que sean consideradas como “inapropiadas”, también para que ellos se mantengan a salvo y conozcan las consecuencias de sus propias decisiones. Así como la disciplina en casa puede ser la manera de frenar, cambiar o eliminar ciertas conductas, es importante enfocarnos en sus aportaciones positivas.

Beneficios de la disciplina

  • La disciplina, ejecutada con tolerancia, respeto y amor, ayuda a fortalecer el vínculo entre papás e hijos

  • Ayuda a que los niños aprendan a tener una estructura mental que los dirija en su vida
  • Generan consciencia de las normas establecidas y de la importancia que tiene cumplirlas
  • Desarrollan el sentido de la responsabilidad
  • Suelen ser adultos más independientes
  • Experimentan los beneficios de la constancia
  • Es más fácil el aprendizaje por medio de sus errores
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Disciplina, fuente de autocontrol

Para muchos expertos, el éxito de fomentar la disciplina es que los niños desarrollan el autocontrol. ¿Por qué es importante hablar de autocontrol en los niños pequeños? 

Porque es una capacidad que les permite desenvolverse por sí solos a una edad temprana y que va creciendo con ellos a lo largo de su vida. El autocontrol no limita o priva sin criterio de ciertas cosas o experiencias. Se trata un aprendizaje para tomar decisiones y gestionar conflictos individuales, colectivos o de forma empática.

Un estudio (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25071683/) elaborado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Utrecht, señala que las personas con más autocontrol suelen ser más felices. Otro de los beneficios que merece mención aparte está avalado por la Universidad de Chicago.

Especialistas encontraron que las personas que tienen autocontrol, tienden a desarrollar mayor satisfacción por la vida, además de disfrutar de mayor bienestar afectivo. Según esta investigación (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23750741/), “el autocontrol contribuye positivamente a la felicidad al evitar y lidiar con los conflictos motivacionales”.

Ahora, es momento de poder aterrizar el concepto de disciplina en la práctica para que los pequeños se vean beneficiados. A continuación, te dejamos una lista para que tú, tu pareja o los responsables de la crianza, puedan ejercer la disciplina con amor y respeto hacia los pequeños:

  1. ¡A poner el ejemplo!

Una de las maneras más sensatas y prácticas de inculcar la disciplina en los pequeños es mediante el ejemplo. Los niños aprenden a través de lo que observan e imitan, será más fácil que un pequeño cumpla con sus obligaciones si tiene una figura de quien aprender.

  1. Sean claros al poner límites.

Hablar con claridad según la edad de cada uno de los hijos es un principio fundamental de la disciplina. Así que ocupen palabras sencillas en oraciones breves con las que los niños puedan entender los límites.

  1. Expliquen las consecuencias.

Es necesario que, con toda la calma del mundo, le expliques a tus pequeños el por qué no deben hacer o decir ciertas cosas. Que ellos escuchen los motivos ayuda a que tengan la oportunidad de entender las consecuencias de sus acciones. Este acto comunicativo de decirles lo que puede pasar si cumplen o no, los invita a la reflexión y a generar la consciencia de sus propios actos.

  1. No prioricen el castigo.

Ante un comportamiento “indebido”, no prioricen el castigo, sino el entendimiento de la emoción que está detrás de la conducta incorrecta. En esta situación, lo que más importa es escuchar a los hijos, saber qué es lo que tienen que decir con respecto a cómo se sintieron para hacer tal cosa. Podría parecer asombroso pero resulta que en la mayoría de las ocasiones sólo estén buscando atención. Así que, antes de que se enfoquen en el castigo, sean empáticos y traten de entender los motivos que estuvieron detrás de la conducta inapropiada.

  1. Que aprendan de la experiencia.

A veces, como padres, queremos evitarles incomodidad o malos ratos, pero el aprendizaje en carne propia es parte de la disciplina. En ocasiones será sano verlos “de lejitos” pero que ellos vivan su experiencia y aprendan. Claro, siempre supervisando y sin exponerlos a peligro de forma innecesaria. Por ejemplo, si le piden que no tire al suelo su juguete porque se puede romper, y lo sigue aventando, en algún punto el juguete se romperá y entenderá que ya no podrá jugar con él.

Esas experiencias son parte del aprendizaje, de la vida y de la disciplina, y por la reflexión que van logrando se va fortaleciendo el autocontrol. Los niños van aprendiendo con la experiencia y el paso de los años lo que está “bien” y lo que está “mal”, sin embargo, no siempre tienen claro si lo que hacen es correcto o no.

  1. Sigan una rutina.

Las rutinas son las grandes aliadas para fomentar disciplina en casa, les facilitará a los pequeños tener claras sus tareas o actividades. Además, podrán aprender de la organización, gestión de tiempo y trabajo en equipo. Acostúmbrenlos a seguir un ritmo de vida, a que siempre hay algo que hacer y tiempo para jugar.

  1. Premiar sus aciertos.

Así como es importante llamar su atención cuando están haciendo algo incorrecto, es importante premiar sus aciertos o buenas conductas. De esta manera también se sienten elogiados y motivados para seguir tendiendo su cama o colocando sus juguetes en su lugar. El reconocimiento y amor, son los mejores premios.

¡Todo con respeto!

A cualquier edad, los niños deben sentirse respetados y amados, tener disciplina en casa no debe ser difícil ni un motivo para el llanto o el maltrato. Al contrario, se trata de fomentar la responsabilidad y autocontrol con armonía y respeto. Los golpes y faltas de respeto pueden dar “buenos resultados” en el momento, pero esas respuestas estarán basadas en el miedo y en el resentimiento.

Estas experiencias pueden resultar traumáticas y deteriorar la relación familiar. Por eso, es importante hablar con los pequeños, exhortarlos a disfrutar de los beneficios de cumplir, a generar consciencia y criterio. La comunicación y las muestras de afecto son elementos básicos para crear lazos fuertes entre padres e hijos.